EL JUEGO COMO HERRAMIENTA DE APRENDIZAJE
En los primeros años de vida el juego toma una importancia significativa en el niño, teniendo en cuenta que la dinámica y el movimiento dan vida a sus innumerables posibilidades de movimiento e imaginación impresa en cada momento y actividad realizada.
Es aquí donde docentes y padres deben aprovechar el juego y el deporte como estrategia básica dentro del proceso de
aprendizaje y adquisición de normas y saberes. Dado que
la actividad lúdica es vista por el niño como una oportunidad
de explorar y divertirse estas actividades deben ser bien
orientadas y planeadas, para que su desarrollo propicie
un aprendizaje significativo en el niño.
El juego establece una relación estrecha del menor con su
entorno y las
fantasías, necesidades y deseos que va
adquiriendo. Cuando un niño toma un
objeto cualquiera y lo hace volar, está creando un momento único e irrepetible que es absolutamente suyo.
Porque ese jugar no sabe de
pautas preestablecidas,
no entiende de exigencias del medio, no hay un hacerlo bien, en este el niño expresa con libertad todas sus posibilidades físicas y mentales lo que expresa su identidad y realidad.
EL DEPORTE DESDE LA INFANCIA
El ejercicio físico es fundamental para un crecimiento saludable, y la manera que algunos niños tienen de estar activos es practicando un deporte. Fútbol, natación, judo, gimnasia rítmica… son algunos de los deportes más practicados por los pequeños. Veamos algunos consejos para los niños deportistas que les ayudarán a estar en forma y beneficiarse del ejercicio que hacen habitualmente.
Para los niños en general una alimentación variada es necesaria, pero si el niño hace deporte hay que llevar especial cuidado en que reciba los nutrientes necesarios para realizar el esfuerzo sin que les falte energía. Se puede tener un pequeño diario de entrenamientos y alimentación para poder controlar mejor sus reacciones ante la sesión de entrenamiento.
Esto puede ayudar a mejorar hábitos y el niño se va fijando en sus pautas alimentarias, si le sienta mal alguna comida, si necesita más líquidos… Estos son los puntos fundamentales que ha de seguir el niño deportista:
- Que esté bien alimentado durante todos los días de la semana, porque de ese modo durante su sesión de entrenamiento su cuerpo tendrá recursos que provienen de almacenes de nutrientes de más de un día. Por supuesto, ha de comer bien los días en que practique deporte, pero ha de consumir alimentos sanos también el resto de días.
- Si el niño está bien hidratado es la mejor forma de evitar mareos y calambres. Sus músculos estarán bien hidratados, más flexibles y pasará menos calor. Han de hidratarse antes, durante y después del ejercicio físico. El sudor expele hierro, calcio y minerales que se reponen con una adecuada alimentación. No debe esperar a tener sed para beber sino que ha de ir bebiendo con cierta periodicidad.
- Los niños deportistas deben evitar las bebidas con gas, con cafeína, caramelos y golosinas antes de las competiciones o entrenamientos, esto tiene efecto rebote y puede acusar una bajada de azúcar. Mejor agua o zumos naturales.
- El niño ha de ir descansado y bien motivado a su entrenamiento. El ejercicio en los niños se ha de orientar a mejorar su motivación, su disfrute y su capacidad de relación. Si le angustia o le provoca estrés hay que examinar el planteamiento.
- Si el niño padece anemia, lo cual repercutiría negativamente en su rendimiento y su recuperación, hay que consultar al pediatra. También si se encuentra excesivamente cansado o decaído.
- No hay que aplicarle dietas específicas de otros niños, ni suplementos de proteínas ni dietas “de entrenador”. Las dietas mal pautadas pueden comprometer el desarrollo y crecimiento del niño.
- Si hay competición o entrenamiento, es adecuado que coma entre una hora y media y dos horas y media antes. Esto le nutre y evita que vaya con hambre, al tiempo que dejamos el tiempo suficiente para hacer la digestión. Se recomienda una comida completa, con algo de verduras, proteínas, carbohidratos. Si la competición es larga puede llevar algo de comida ligera por si tiene hambre.
- Es importante no saltarse comidas el día de competición o entrenamiento (lo ideal es que los horarios no interfieran en las comidas, dejando el margen del que hemos hablado anteriormente).
- La comida de casa suele ser más equilibrada y se controla mejor que si comen fuera de casa.
- Se han de evitar riesgos en los deportes infantiles, utilizar el equipamiento adecuado, protectores…
- Los padres debemos apoyar e incentivar la práctica deportiva entendida esta como un proceso formativo integral que fomenta la relación social y la integración grupal, y no como una competición.
- También debemos ayudarles a ganar con humildad, perder con deportividad y mostrar siempre un respeto por los compañeros y por los rivales.
Además de todos estos consejos, hemos de tener en cuenta que el juego es el mejor ejercicio para los niños y no se deben perder momentos de juego (con los padres, con los amigos…) porque se estarían perdiendo muchos otros beneficios.
Siguiendo todos estos consejos para niños deportistas disfrutarán del ejercicio que contribuirá a su desarrollo de manera completa y saludable. Como siempre, nuestro ejemplo es fundamental, así que nunca es tarde para hacer deporte y seguir todas estas recomendaciones.
DEPORTE Y BENEFICIOS
Por encima de todo debe ser el niño, dentro de unos límites, el encargado de elegir el deporte o deportes que va a practicar. Por lo general, tu hijo querrá practicar un deporte en concreto influenciado por sus amigos, los medios de comunicación, el entorno que le rodea, etc. El ejercicio regular favorece el buen desarrollo físico y mental de los niños.
Les ayuda a integrarse más socialmente y a adquirir unos valores fundamentales, además de colaborar en el correcto desarrollo de sus huesos y músculos.
Los beneficios del deporte para los niños
1. Introduce al niño en la sociedad.
2. Le enseña a seguir reglas.
3. Le ayuda a abrirse a los demás y superar la timidez.
4. Frena sus impulsos excesivos.
5. Fomentará en el niño la necesidad de colaborar por encima del individualismo
6. Le hará reconocer, aceptar y respetar que existe alguien que sabe más que él.
7. Produce un aumento generalizado del movimiento coordinado. 8
. Aumenta sus posibilidades motoras.
9. Favorece el crecimiento de sus huesos y sus músculos.
10. Puede corregir posibles defectos físicos.
11. Potencia la creación y regularización de hábitos.
12. Desarrolla su placer por el movimiento y el ejercicio.
14. Le enseña a tener ciertas responsabilidades.
LA ALIMENTACIÓN EN LOS NIÑOS DEPORTISTAS
Dos aspectos fundamentales a la hora de plantear la alimentación de los niños deportistas son:
- Hidratación: como ya hemos dicho los niños se deshidratan más fácilmente que los adultos, por eso es importante prestar atención a la ingesta de líquidos antes, durante y después del ejercicio físico, sobre todo en épocas de calor intenso y/o zonas de elevada humedad.
- Alimentación: los niños están en época de crecimiento, lo que les exige ingerir proporciones determinadas de energía y nutrientes, a lo que debemos sumarle las necesidades que supone la actividad física. La mejor forma de cubrir estas necesidades es por un lado una alimentación variada y por otro evitar que los niños hagan dieta.
Las necesidades de los niños que hacen deporte son diferentes de las de los niños sedentarios y de los adultos.
Estas diferencias radican en:
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- Proteínas: en los niños deportistas los requerimientos de proteínas están aumentadas, llegando a necesitar mayor proporción de proteínas por kg de peso y día que un adulto.
- Energía: los niños tienen un requerimiento extra de energía por el crecimiento. En niños deportistas, además hay que cubrir las necesidades energéticas del entrenamiento y/o la competición.
- Líquidos: los niños se deshidratan más rápido que los adultos, por lo que hay que tener mucho cuidado e ingerir líquido antes, durante y después del ejercicio.
ESTUDIAR Y ENTRENAR
Muchos niños sueñan con emular a Nadal, llevar una moto como Pedrosa o pilotar un F-1 a la velocidad de Alonso, quieren llegar a lo más alto como Gasol o jugar en el Madrid, en el Barsa o en el Valencia. Para ellos el deporte no es sólo una afición también forma parte de su futuro. Muchos padres comparten este sueño y ya ven a sus hijos en lo más alto del podio y ganando mucho dinero. Pero el camino para llegar a ser deportista profesional no es fácil. No solo porque aunque son muchos los que lo intentan muy pocos lo consiguen, sino también porque implica mucho esfuerzo y renuncias.
Junto con todos los indudables beneficios del deporte y las experiencias que adquiere el adolescente –el compañerismo que se crea en los viajes y entrenamientos, las vivencias que adquieren y los países que conocen por poner solo unos ejemplos- el camino para convertirse en un deportista profesional es duro y se puede correr el riesgo de que el placer de jugar se convierta en una obsesión. En ocasiones, las excesivas horas de entrenamiento llevan implícitas que el menor se pierda experiencias claves de su edad, deba renunciar a sus amigos y familia e incluso aparcar los estudios. Es aquí donde la familia juega un papel fundamental.
Los padres son una pieza clave en el engranaje necesario para hacer de un adolescente un deportista profesional. Son imprescindibles para apoyar a su hijo en su deseo de dedicarse al deporte, deben servir de referencia en un momento en el que el niño deja de ser un aficionado y empieza a entrenar en serio y apoyarle si por algún motivo al final no lo consigue, según destaca Fernando Gimeno Marco, profesor del departamento de Psicología y Sociología de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de Zaragoza, quien mantiene que si lo padres se involucran adecuadamente el resultado en todos los aspectos será muy positivo. Aunque desgraciadamente no siempre la respuesta de la familia es la deseable.
El principal papel de los padres es animar al menor, ya que un niño no puede realizar un deporte de forma autónoma, necesita el apoyo familiar. A medida que el menor comienza a destacar, la implicación va aumentando y el papel de los padres se convierte en más importante. Toda la familia puede verse involucrada, ya que en muchos casos debe modificar su rutina y tiempo libre para adecuarla a los horarios, calendario y viajes del joven deportistas e, incluso, en algunos casos deben cambiar de residencia para vivir cerca de algún centro de alto rendimiento o escuela deportiva.
Jugar debe ser un placer
Uno de los mayores problemas se plantea cuando los padres ponen en sus hijos unas expectativas tan elevadas que le terminan ahogando, ya que puede ocurrir que el niño sienta que no está a la altura de lo que se espera de él. El placer de jugar nunca debe dejar paso a la obsesión y “los padres deben mostrarse todo su apoyo, pero deben sujetar su entusiasmo e ilusión para que el niño no se sienta presionado”, según Gimeno, que aconseja que dejen a los menores tomar sus propias decisiones. “Hay que dejar que el niño decida, aunque eso suponga una equivocación, ya que los errores forman parte del proceso de aprendizaje y en el deporte, al igual que en otros aspectos de la vida, un niño sobreprotegido es difícil que se desarrolle adecuadamente”.
Además, los padres deben limitarse a ser eso, padres, y no intentar suplir a los entrenadores. “Igual que un padre no suele ir a ver al profesor de matemáticas de su hijo para decirle como debe dar la clase, en el deporte tampoco debe cuestionar la metodología y las decisiones del entrenador, aunque le parezcan equivocadas”.
Por otra parte, en lo que coinciden todos los expertos en que no es bueno que los niños que se preparan para ser deportistas de élite abandonen sus estudios, aunque su futuro sea muy prometedor. Es importante que, a pesar de las horas de entrenamiento que exigen algunos deportes, saque tiempo para seguir con sus clases, no sólo porque nunca se sabe lo que puede pasar y no siempre se consigue vivir del deporte, sino además porque de esta forma se evita que el niño se aísle en el ambiente de la competición, que es un mundo de adultos, y pueda hacer además cosas habituales en niños de su edad.
Por último, Gimeno insiste en que es importante que los padres admitan y acepten que unas veces se gana pero otras no, y que puede ocurrir que sus hijos no sean tan buenos como ellos creían, ya que son pocos los que finalmente consiguen su objetivo
Que hacer
-Ir a los entrenamientos y partidos para animar
-No dejar que abandone sus estudios
-Conocer el sitio y las personas con las que hace deporte su hijo
-Dejar que el niño se equivoque, forma parte del desarrollo y del aprendizaje
-Admitir y preparar a su hijo para el fracaso. Solo unos pocos consiguen el objetivo
-Ir a los partidos y entrenamientos a opinar, cuestionar o criticar al resto de jugadores
-No poner en su hijo tantas expectativas que acaben agobiándolo
-Criticar las decisiones del entrenador
-Presionarlo para que sea el mejor
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